A mis 7 años de edad dejo mi natal Parral en 1988, produciéndose un punto de inflexión en mi vida, el cual se transforma en el inicio de un lindo camino hacia la consecución de un sueño, en base a la dedicación y el esfuerzo. Santiago era el lugar escogido y la casa de mi hermana María López (hermana materna) el techo que cobijaría mi ilusión de llegar lo más lejos posible.
Después de trabajar en la feria 2 años, llega el momento de entrar en el mundo del deporte blanco, ese que siempre fue tildado de clasista y poco abierto a la gente que no pertenece a la “familia del tenis”. Sin embargo, todo fue una casualidad: Un grupo de amigos del lugar en donde vivía y fue mi primer hogar en la población Santa Adriana, me invitan a trabajar como pasador de pelotas en Santa Rosa de Las Condes.
En un principio no era una “invitación”: Me cobraron por ir, tenía que pagar la micro, las bebidas o algo para comer para poder participar de este nuevo trabajo. Lo curioso es que de ese grupo de tres amigos, fui el único que terminó ejerciendo labores ahí. Eran 500 pesos la hora en cancha y sólo el primer día me hice 5 mil pesos…era ene plata. Le puse tanto empeño que me convertí en el mejor y terminé siendo invitado a los 3 torneos ATP de San Carlos de Apoquindo y Copa Davis. Tuve el privilegio de pasar en las finales de la Hellmann’s Cup a Francisco Clavet , Gustavo Kuerten, Mariano Puerta, Younes El Aynaoui y al “chino” Ríos en sus tres finales: Ante Slava Dosedel; Hernán Gumy y Julián Alonso.
Ya a las 05:00 AM salía de la primera micro desde Santa Adriana y tenía que llegar antes que un pasador que siempre ocupaba la cancha 3 que era la mejorcita. Partía temprano desde Callejón Lo Ovalle hasta Santiago Centro y tomaba otra hasta Tobalaba y me acercaba al club caminando. Uno de los lindos recuerdos que guardo de esa etapa, fue el coincidir generacionalmente con el programa “Campeones para Chile”, estuve con jugadores de la categoría de Julio Peralta, Hermes y Robinson Gamonal, Juan Felipe Yáñez. Precisamente me acuerdo que había un chico que le pegaba durísimo: Felipe Parada que usaba zapatillas Dunlop, un día me las regalo y estuve feliz por mucho tiempo.
«Así comienza Full Tenis, el nombre emerge por casualidad.»
También en el recinto de la Universidad Católica raqueteaba con los socios. Aprendí a jugar con el profe “Lelo” Lizana y admiraba y observaba a “Lalo” Aspillaga. Gracias a ellos empecé a practicar este deporte. Nunca quise ser tenista, no era lo mío, quería emprender y convertirme en empresario.
Esta parte de la aventura fue entre los 10 y 14 años. En ese momento llego a la tienda Prince en Providencia, era una de las pocas empresas que hacía encordados. Mientras esperaba raquetas, los encordadores me enseñaron a “pasar cuerdas”. Aprendí mucho de la señora Fanny Auad como empresaria y estoy muy agradecido de Isaías Zamorano, que siempre me enseñó y estuvo ahí conmigo.
A las pocas semanas, me convertí en encordador oficial: hacía 30 a 40 raquetas diarias, con un record de 8 minutos y medio en hacer una. Fanny Auad al ver mi buen desempeño, me ofreció trabajo formalmente. Fui junior y despachador, entre otras cosas. Hacía de todo. El ganar el sueldo mínimo me daba lo mismo, era una experiencia nueva. Me gustaba tanto que acepté las condiciones.
A los 17 años inicié mi primer emprendimiento: seguí mis convicciones decidí dar el gran paso y realizar mi primera gran inversión: una máquina encordadora. La compré y me la eché al hombro en un bolso e iba a encordar a domicilio a clientes de clubes. Todos los fines de semanas iba a San Bernardo y un club de campo que estaba en Buin. Este periplo lo efectuaba los sábados y domingos, cargaba la maquina al hombro, era pesadísima, más o menos unos 40 kilos.
A los 18 años llego club Eugenio De La Maza en Peñalolén, el cual tenía 21 canchas y se convertía en una gran oportunidad laboral. Y fue una época de gran prosperidad, lo cual me sirvió para comprar mi primera casa, un hogar humilde en Santa Adriana. Hasta ese momento era impensado creer en un empresario exitoso. Sin embargo, tenía la sagacidad e intuición de que iba por el camino correcto, el mismo que me llevó a inicios de siglo al bandejón central de avenida Quilín con Tobalaba donde inicio simbólica y metafóricamente la historia de mi negocio. Instalé en el lugar una carpa, para vender artículos de tenis. Una mini tienda, única e inusitada para quienes aprecian a este deporte desde la convencionalidad.
Geográficamente esa “tienda” parte en la misma calle club De La Maza, que hoy es un colegio, me echaron de ese lugar y me fui a trabajar en la calle; me gustó ubicarme ahí, punto neurálgico de muchos centros de tenis: La Araucana, Colegio Mayor, Banco Santander, Liga Amigos del Fútbol.
Me siento innovador en el sentido de que nadie hizo algo parecido y creo que nadie lo va a hacer… Los 4 años que estuve en la calle lo pase mal: en verano me mataba de calor y en invierno de frío o lluvia. Recuerdo que me pasó como 3 veces que los remolinos de viento me mandaban la carpa a cualquier lado. Después lo reforcé, pero daba lo mismo, ya tenía mi tienda en pie. La apertura era a las 07:30 AM y cerraba cuando podía pasadas las 19:30 y guardaba las cosas en el patio de la casa de un amigo. Trasladaba los productos en mi primer auto, un Nissan Sentra.
En cuanto a lo cotidiano, debo señalar que con ingenio y algo sencillo hice mucho. A veces provocaba desorden y congestión vehicular, bocinazos producto del hecho de atender a los clientes “al paso”. Debo reconocer que nunca tuve permiso. Llegaba la policía, desarmaban todo y me llevaban detenido echando todo al furgón. Afortunadamente tenía un cliente que era comandante de carabineros que jugaba tenis, hablaba con él y llamaba para que me soltaran. En cuanto a los inspectores, me sacaban partes por no contar con los permisos municipales, no tenía patente para este rubro, sólo una que saqué en la Municipalidad y
era para venta de volantines. Fue precisamente en ese entonces que con el dueño de la propiedad donde definitivamente instalé mi tienda. Alessandro Sasso, su hijo Matías jugaba tenis en ese tiempo y nos hicimos amigos, le conté mi vida y me ofreció un espacio en el patio su casa para trabajar. No tenía dinero para pagarle, yo sobrevivía con lo justo, además tenía un hijo, estaba casado y no era tan fácil. «¡relájate!» me dijo, «trabaja tranquilo no me pagues nada». Después
le comenté que quería instalar una tienda chiquitita de 3×3 y así empecé.
Así comienza Full Tenis, el nombre emerge por casualidad. Nunca hice estudios referidos a este tema, ni sabía cómo hacer una tienda. Tenía un cliente que se llamaba Wilson Olivares que me conoce por años, desde que tenía 14. Un día conversando en la calle, le comenté del sueño de tener una tienda y no sabía que nombre ponerle que fuera fácil de pronunciar y me dice: “Full Tenis”. Ya con esa idea lo primero que hice fue revisar en Google si estaba patentado y pude inscribirlo.
«Siempre fue mi sueño tener una tienda deportiva y hoy ya lo he cumplido (…)»
La inauguración y apertura fue entre el 13 y 15 octubre de 2005. No pasó nada de tiempo y nos asaltaron, me pusieron una pistola en la cabeza y robaron todo. La pasé muy mal, se llevaron ropa raquetas y el poco dinero que tenía. Son experiencias de vida que a uno lo van marcando, pero también se va aprendiendo.
Full Tenis cuenta en la actualidad con más de 8 mil clientes hoy a nivel país, 150 profesores y clubes con un gran alcance. Hoy un importante espectro del mundo del tenis prefiere nuestros productos. La tienda representa en Chile a importantes marcas, como la alemana Kirschbaum con una amplia gama de cuerdas a un precio accesible, Tecnifibre con raquetas e indumentaria
exclusiva y de primer nivel, y También a Dunlop, empresa que en este 2023 cumplió 100 años.
Siempre fue mi sueño tener una tienda deportiva y hoy ya lo he cumplido, mi idea es generar nuevas ideas y traje estas marcas de las cuales soy distribuidor en Chile: Kirschbaum, Tecnifibre, Dunlop y muchos productos con marca propia de proveniencia china.
También distribuimos al resto de las marcas masivas: Babolat, Head, Wilson, entre otras.
Full Tenis tiene una calidad de servicio increíble, variedad de precios, buena calidad de productos y trabajadores, te sientes como en tu casa. Siento que la gente aprecia la sencillez, humildad, compromiso y dedicación. Entregamos un servicio personalizado y una buena relación calidad precio.
Este hecho me ha llevado a ganar muchos premios, como el BCI empresario emprendedor destacado (2010), Banco Estado, Tenis Chile, Club de Tenis Talca, Gala del Tenis, entre otros y difusión en medios como Canal 13, Radio ADN, El Mercurio, Las Últimas Noticias. De este modo, hace 15 años tomé mi propio camino, el cual hoy lo tiene posicionado con una de las principales tiendas de tenis del país, con un importante número de clientes estandarizados dentro del rubro (tenistas, profesores, productores menores, aficionados) en venta de raquetas, cuerdas, bolsos, zapatillas, accesorios y vestuario de las mejores
marcas.
Creo mucho en Dios, todo lo que tengo es gracias a él, también pongo toda mi energía, esfuerzo y perseverancia, hago todo con mucho cariño y es lo que me gusta. También agregaría la simpatía y conocimiento por lo que estás haciendo: yo juego tenis, sé de las marcas, conozco lo que vendo y a mi gente…
Escrito por: Rodrigo Sánchez.
Editado por: Matías Canessa.